Abordando el punto de conocimiento de la problemática, los resultados aportados por los estudios de campo muestran un desconocimiento generalizado de los problemas expuestos, se esquematiza en la sociedad una visión relajada con respecto al tratamiento de los mismos, no se valora la salud mental en líneas generales y por consiguiente las consecuencias obtenidas y las fallas o rupturas que afloran permanentemente en los distintos entornos educacionales y sociales.
Existe una discrepancia muy marcada en cuanto a la interacción de entornos, principalmente el segmento educativo y la familia del niño o adolescente, recordemos que el entorno educativo en este periodo de la vida es la segunda casa (implica una influencia muy notoria) y al no tener estímulos entre ellos se provoca una ruptura estructural que puede ser detectada en líneas generales luego de meses.
Otra falla estructural relevante se encuentra en el paso de información desde el esquema familiar hacia el educativo, esto explicaría diversas actividades desarrolladas por el niño o adolescente en el entorno educacional pero expone claramente la información sensible que debe ser salvaguardada para evitar golpear de forma incorrecta la psicología de mismo.
Desde el punto de vista educacional el problema no tiene grandes cambios en cuanto a su conocimiento, se le da escasa o nula importancia, no se utiliza en un gran porcentaje técnicas pedagógicas, recordemos que si bien gran cantidad de los flagelos expuestos pueden tener raíces neurobiológicas son agravados notoriamente por el entono social del niño o adolescente.
Un punto extra, y escalando en niveles, muchos estudios comandados por los macro niveles educativos o ente regulador no tiene en cuenta este segmento de control, abordando las problemáticas expuestas, apuntan a niveles de ausentismo, niveles de escolaridad, niveles de repitencia, y así tantas tasas variadas, pero esto solo marca brechas, el punto de inflexión es elaborar mecanismos para que la ecuación y la salud en concordancia permanente nos permitan ver una sociedad equilibrada y con fuerza de acción cohesiva.
Entre líneas encontré diversos interrogantes a replantear, siempre analizando el entorno en general y luego abarcando cada uno de los mismos de forma individual.
¿Le damos la misma importancia a una falencia física que podemos palpar con nuestras manos que a una falencia que no tenemos a nuestra vista?
¿Es mejor negar un determinado trastorno privando a nuestra familia (hijo/a) de un tratamiento acorde por un posicionamiento social?
¿Tenemos planes para notificar a las sociedades de este tipo de problemas, flagelos que nos están socavando en silencio?
¿Podemos confiar en profesionales preparados para notar este tipo de problemas cuando se muestran relajados notoriamente sobre los problemas de salud y educación de nuestra familia?
¿Cada establecimiento educativo tendría que ser autómata para tratar estos problemas, o por lo menos detectar un hilo del mismo?
¿La familia es la responsable completa de los problemas del niño o adolescente?
¿Cuál es el motivo de que el establecimiento educativo no tiene conocimiento de los problemas o flagelos expuestos? ¿Quién es el responsable de no mostrar una realidad mundial que en países
supera en pérdidas a la drogadicción y alcoholismo?
¿Tenemos leyes o proyectos pensados para estas problemáticas?
¿Estamos preparados socialmente y educativamente para afrontar estos trastornos de manera acorde?
¿Consideramos que en el marco de la cantidad innumerables de problemas registrados a diario desde las etapas tempranas de formación hasta la inserción laboral de la persona tienen raíz en estos flagelos?
Finalmente hay puntos no resueltos en el desarrollo sistémico expuesto que restan por controlar, si bien son puntos coyunturales, tienen que ver con la correcta participación de los organismos pertinentes y de la concientización masiva de la sociedad, porque como desarrollé en el análisis expuesto, todo cambio paradigmático tiene que tener la colaboración conjunta de todos.
En primer punto se debe trabajar en el concreto existir de estos problemas a nivel social, sabemos de adicciones, sabemos de virus, sabemos de infecciones pero no sabemos de este tipo de trastornos (TDAH) por ejemplo.
Luego un punto muy marcado es aceptar la existencia de este tipo de problemas en un integrante de la sociedad, familia o entono en el cual se desempeñe, esto manejarlo de forma sensible, los datos deben ser cuidados en todo momento y los manejados fuera del entorno de perímetro deben mostrar tendencias pero no individualizar, otro desafío interesante y cuestionable.
Posteriormente debe existir una normativa clara que llegue desde los entes reguladores, sin esto no existe validez legal, y sin eso carecemos de poder y solo son análisis desglosados.
Técnicamente la solución es colocada en el escenario actual (utilizando infraestructura estándar), pero es claro que se reduce el esquema a centros o establecimientos con equipamiento informático, y no solo eso, sino a donde lleguen las redes de interconexión que es el vital objetivo de éxito técnico desarrollado.
Las digitalización es un proceso que lleva tiempo pero maximiza y permite realizar tareas de control como las planteadas, dan seguridad y participación a las partes, quitan incertidumbre y reducen la brecha existente de muchas discrepancias, esto debe verse según esta óptica, y no cuantificar los esfuerzos para lograrlo como gastos, sino como inversiones, imaginemos las ventajas expuestas por este análisis y solo es el primer paso y muy pequeño en una sociedad basada en la información.
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1 comentario:
Aprendi mucho
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